Desde hace tres semanas, Thomas vive en una habitación blanca, sin ventanas y siempre iluminada. Sin su reloj y el contacto con Teresa, lo único que puede hacer es esperar. Alguien le lleva a diario una bandeja de comida, pero no sabe quién es.
Pero un día, la puerta se abre y un hombre lo conduce a una sala donde están todos sus amigos.
Quieren devolverles los recuerdos.
Minho, Newt y Thomas no se fían, y deciden que ellos no quieren recuperar sus recuerdos.
Pero CRUEL no está dispuesta a dejar por ahí a Thomas. Le necesitan.
Así que cuando llevan a Thomas a la sala de recuperar los recuerdos, Brenda le salva (era la enfermera que tenía que introducirle los recuerdos a Thomas), van a por los demás, y huyen hacia el iceberg. Allí se encuentran a Jorge. Y los cinco huyen hacia Denver.
¿Conseguirá Thomas parar a CRUEL, que está cogiendo a los únicos munes de las ciudades?
Pues si lo has de saber, te lo has de leer.
Un libro apasionante, en serio. Mejor incluso que los dos anteriores. Al ser el final de la trilogía, es genial, porque ya entiendes todo. Y sobretodo, lo que me más me ha gustado es el final... pero bueno, no quiero hacer spoilers, así que... ¡a leérselo!